La incidencia poblacional del acoso laboral en 2003 se calculó que estaba en el 10% y el 15% del total de los trabajadores en activo.
El acoso laboral, conocido también como mobbing, se refiere a las acciones de hostigamiento realizadas por una o varias personas con el objetivo de infundir miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado hacia su labor, así como los efectos negativos que esto provoca en la persona.
La víctima o grupo afectado sufre violencia psicológica a través de comportamientos hostiles y negativos tanto dentro como fuera del entorno laboral, provenientes de individuos en la sociedad, compañeros de trabajo, subordinados o superiores, también llamado bossing (del inglés boss, 'jefe').
Este tipo de violencia psicológica se presenta de manera sistemática y repetitiva a lo largo de un período prolongado, que puede extenderse por semanas, meses e incluso años. En situaciones extremas, pueden ocurrir accidentes “fortuitos” o incluso agresiones físicas. La prolongación del acoso, además de generar enfermedades mentales u otros problemas psicológicos, puede llevar en casos extremos al suicidio de la persona afectada.
El objetivo final de este hostigamiento, intimidación o perturbación es forzar a la víctima o víctimas a abandonar su puesto de trabajo, ya que son consideradas una molestia o amenaza para los intereses personales de los agresores.
La incidencia poblacional del acoso laboral en 2003 se calculó que estaba en el 10% y el 15% del total de los trabajadores en activo.
El acoso laboral puede desembocar en enfermedad profesional, es decir, derivada del trabajo, aunque tanto autoridades como empresas se muestren muy reacias a admitir esta circunstancia como tal.
Consecuencias psicológicas y laborales
El acoso laboral puede tener graves consecuencias en la víctima, como el deterioro de la confianza en sí misma, la desvalorización personal, la culpabilidad, la somatización de conflictos, problemas de salud física y mental, inseguridad emocional, trastornos como el estrés agudo y la ergofobia, entre otros.
Todo esto puede afectar tanto a nivel profesional como personal, generando conflictos en las relaciones interpersonales y en el rendimiento laboral de la víctima.
Consecuencias en la vida personal
La agresividad y conflictividad en la familia, problemas de salud y escolares en los hijos, retraimiento social, abandono de amigos, falta de apoyo familiar, estigmatización social, pérdida de empleo y dificultad para encontrar otro trabajo son algunas de las consecuencias del acoso laboral.
La víctima puede terminar saliendo de la organización de manera voluntaria o forzosa, trasladarse o incluso quedar incapacitada permanentemente. La recuperación puede llevar años e incluso en casos extremos, la capacidad de trabajo nunca se recupera.
En muchos casos, el mobbing persiste incluso después de la salida de la víctima de la empresa, con informes negativos o calumniosos a futuros empleadores, eliminando la empleabilidad externa de la víctima.
Características del acoso laboral
Estas acciones incluyen gritar, insultar, asignar tareas imposibles de cumplir, sobrecargar de trabajo, amenazar, quitar responsabilidades, discriminar, ignorar, retener información, difamar y no valorar el esfuerzo de la víctima. Todas estas conductas tienen como objetivo desestabilizar, humillar y perjudicar a la persona afectada en el ámbito laboral.
Bloquear oportunidades de desarrollo profesional, ignorar logros, criticar constantemente el trabajo de alguien, monitorear con intenciones maliciosas, castigar decisiones personales, manipular documentos, ridiculizar, invadir la privacidad, sabotear el trabajo, atacar creencias personales, animar a otros a participar en el acoso, afectar la ergonomía laboral, asignar tareas humillantes y exigir trabajo fuera del horario laboral.
Perfil habitual de la víctima
Las personas que suelen ser víctimas de acoso laboral son individuos que son objeto de envidia por sus cualidades personales, sociales o familiares (como su éxito social, reputación, inteligencia, atractivo físico). El acoso laboral a menudo afecta a trabajadores competentes y creativos, que son valorados y reconocidos en la organización.
También pueden ser víctimas aquellos que son demasiado ingenuos o confiados y no saben cómo enfrentarse a la manipulación o el perjuicio de otros. Además, se selecciona a las víctimas por su juventud, orientación sexual, ideología política, religión, origen geográfico, etc.
Es común que se acose a personas vulnerables como inmigrantes, discapacitados, enfermos, víctimas de violencia doméstica o personas con diversidad funcional. En general, las víctimas suelen ser individuos éticos, honestos y justos, con cualidades distintivas como juventud, género, minorías, habilidades excepcionales, popularidad, empatía, sensibilidad o situaciones personales satisfactorias, entre otros.
Perfil del acosador
El acoso laboral tiene como objetivo principal el “asesinato psicológico” de la víctima, siendo motivado por la mediocridad encubierta de los acosadores, quienes experimentan miedo e inseguridad en sus propias carreras profesionales.
Los acosadores, que a menudo son superiores, jefes o compañeros de trabajo, actúan en grupos y emplean tácticas como gritos, insultos, humillaciones y amenazas para llevar a cabo el hostigamiento. Utilizan tanto su poder jerárquico formal como informal dentro de la organización para ejercer violencia psicológica y compensar sus propias frustraciones y complejos.
Respuesta activa al acoso laboral
El principal reproche que las víctimas del acoso laboral se hacen a sí mismas es no abordar el problema a tiempo.
La negación del problema es el primer obstáculo para resolverlo, ya que se espera hasta que es demasiado tarde. Esta negación surge cuando el afectado percibe una amenaza para su integridad, pero enfrentarla se considera muy doloroso.
Sin embargo, dejar pasar el tiempo solo encona el problema. Es esencial enfrentarlo desde el principio, ya que el hostigamiento psicológico necesita que la víctima esté paralizada para funcionar cómodamente.
Cómo actuar ente un caso
La difusión de la información sobre el acoso laboral ha llevado a un aumento en el número de casos reportados. En estas situaciones, es importante buscar asesoramiento legal para resolver el problema, ya que tanto la víctima como el acosador suelen experimentar la situación de manera diferente.
Un abogado especializado en acoso laboral debe ser capaz de transmitir la situación de la víctima a la parte contraria y llegar a un acuerdo que normalmente implica la terminación del contrato laboral y una posible indemnización.
Un informe pericial del estado emocional de la víctima puede ser de gran ayuda en este proceso, siempre cuidando el bienestar emocional de la víctima durante la evaluación.