A lo largo de la historia se le ha asignado un valor por encima de otras monedas de cambio. Es un seguro contra crisis económicas, pues su valor no se devalúa como el papel impreso, además, es una manera de evitar la inflación.
Los metales preciosos monetarios deben ser acumulados por sus cualidades de dinero por excelencia, rol que las personas en el mercado les asignó históricamente. A diferencia del papel moneda o las acciones, el oro es algo finito. Por más que la bolsa y la sociedad cambien, la cantidad de oro siempre será la misma. Por esto está exento de crisis económicas.
La idea de invertir en metales es comprar y esperar a que suba su valor para vender. No es una especulación sobre cuál será su precio al día siguiente. Se debe tratar al oro como un bien a largo plazo, la idea es comprar y acumular de forma constante para que después de cinco años (al menos) realmente se vea una ganancia.
Si lo que se quiere es especular con el precio, ya sea que se apueste a que subirá o bajará, entonces el metal físico no es la mejor opción. Para eso hay otros instrumentos y activos indexados al precio de estas commodities, pero que no se deben ver como inversión directa en ellos, sino en derivados. Pero es aconsejable dejarlo para los especuladores profesionales, por el riesgo que implican.
Invertir en metales, siempre que se haga en físico, es hacerlo en un activo monetario sin riesgo de contraparte, a diferencia del dinero fíat (de papel, digital, etcétera). Son propiedad privada pura, son de quien los tiene en la mano. Son un seguro financiero contra crisis, en caso de un colapso como el que viene al mundo –por la impresión ilimitada de billetes de todos los bancos centrales–, el oro y la plata no llegarán jamás a valer cero. Esto, sí puede ocurrir con otros activos que se consideran “seguros”, como las divisas “fuertes” o algunos bonos soberanos.
Si se quiere invertir en oro, se debe considerar comprar una caja fuerte o pedir una caja en un banco. Hay empresas serias que además de vender oro (lingotes o monedas), lo guardan por ti con la opción de que lo veas cuando quieras. Existen compañías de custodia que ofrecen sus servicios en México, Estados Unidos, Singapur, España, etcétera, pero debe verificarse su reputación.
Muchos se cuestionan si en un contexto en el que los precios de las materias primas se siguen desplomando –como el petróleo– es o no riesgoso invertir en oro y plata. El riesgo siempre está presente en el mercado, pero para el inversor en valor, que caigan los precios del oro y la plata es muy bueno, pues le permite acumularlos a un precio menor. No está pensando en un horizonte de corto o mediano plazos; por eso se le conoce de “manos fuertes”, pues no se deshará de ellos casi bajo ninguna circunstancia, a menos, tal vez, que sienta que están sobrevalorados. Ese punto está demasiado lejos todavía, y de manera lenta pero consistente, este tipo de inversionista está retirando existencias que no estarán más disponibles para la oferta.
En cambio, para el especulador el precio juega un papel decisivo. Muchos amateurs que acumulan oro o plata con la creencia de que “siempre sube”, al ver que baja entran en pánico y tienden a vender. Éste es el caso más frecuente. La gente tiende a vender barato y comprar caro, cuando lo que debe hacerse es justo lo contrario. El oro y la plata están dentro de un mercado alcista mayor que está lejos de terminar.
Si vas a comprar creyendo que el próximo año lo podrás revender a un precio mayor, es posible que te decepciones. En cambio, el horizonte a observar debe ser el largo plazo, como refugio, y acumular de forma periódica. Hacerlo así, permite al final tener un precio medio adecuado, mejor que tratar de adivinar cuándo el mercado tocará fondo o si seguirá subiendo.
Hay muchas plataformas electrónicas que ofrecen invertir en oro. ¡Cuidado! Si lo que se quiere es invertir de verdad hay que hacerlo en físico. Si esto no es viable o posible, entonces hay que buscar empresas serias que nos ofrezcan el servicio de custodia real de lingotes, barras o monedas. Deben tener mecanismos claros de auditoría, comprobación de la existencia del metal y la disponibilidad de retiro inmediato.
Comprar joyería no es inversión a largo plazo. Suelen ser piezas con poco oro real, tienen otro tipo de valor agregado, superior a su contenido metálico, y su valor se deprecia de forma muy veloz. La mejor forma de invertir en oro es hacerlo en un fondo que esté indexado en la bolsa. Esto asegura que haya un seguimiento del valor del metal para saber cómo va creciendo tu inversión.
Lo que sí hay que evitar a toda costa son las plataformas de supuesta inversión en un oro que nunca se ve ni se toca, que dicen que está resguardado en alguna parte del mundo lejana a nosotros y que nos ofrecen ganancias prontas.
Hay quien cree que porque se reciben ganancias no se trata de una estafa. Esto es un error. Estos esquemas, para funcionar, necesitan al principio dar lo que prometen o más, pues eso es lo que atrae más incautos.
Si se quiere aprender a comerciar (especular) en materias primas en general, lo recomendable, entonces, es estudiar, capacitarse y entrar en persona al mercado trabajando en una firma especializada. Ésa será educación del mundo real, no sólo teórica. Se cometerán errores, pero es la única manera de aprender.
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